La Nueva Noche del Viejo Priismo

Por Juan Carlos Ortiz

La aplanadora de Morena y sus aliados la noche del miércoles tocaron al INE, pues en una tramposa simulación de modificación reglamentaria se transformó en una manoseada constitucional a las reglas, al árbitro y al juzgador electoral.

Los aplaudidores del cuatroteísmo dicen que no es para tanto, y que los sueldos y los gastos de la burocracia -que llaman dorada- es insostenible, y que los migrantes podrán votar por internet, y una serie de argumentos de defensa convertidos en liturgia. Expresados a través de un mantra coordinado que se repite una y otra vez; en cada uno de los espacios donde es posible reproducir su mensaje propagandístico.

Es muy tarde para explicar los riesgos para la democracia que implica el Plan B porque pronto empezaremos a sufrir sus efectos, -salvo que la corte diga lo contrario, lo que parece improbable- porque entonces todos los mexicanos en el pecado llevaremos la penitencia.

El pasado 17 de noviembre, el Presidente pidió que en las próximas elecciones cuando se vote por la primera magistratura del país, se entregue lo que se llama carro completo, para que no existan limitantes a sus propuestas por más locas o peligrosas que estas parezcan. Ahora, más que nunca entendemos que quería decir; y no me refiero a lo ocurrido en el Senado de la Nación, sí no a lo que esta última semana paso a 4 mil 700 kilómetros de distancia, dirección sur.

Pedro Castillo, reconocido en nuestro país como aliado y hermano de la cuarta transformación, se encuentra encarcelado luego de tratar de perpetrar un golpe de estado anunciando que disolvería al congreso que, con anterioridad le representaba contrapeso a sus cuestionadas acciones de gobierno como presidente del Perú. La historia de Castillo será juzgada por los peruanos, no hay duda.

Pero en nuestro país, la pregunta es: ¿quién será contrapeso?, y la respuesta es clara: nadie.

En el caso del INE, el árbitro electoral emanado de las luchas cívicas de muchos años, y defendido por la ciudadanía en una marcha ruidosa que un gobierno sordo no escuchó; recibió un duro golpe, y aunque el cuatroteísmo insista en que será un organismo ejemplar y más barato; es imposible no hacer analogía e imaginar que será entregado con la calidad de una obra de primer mundo: el AIFA.

Ósea, lo mismo para más barato.

Habrá manga ancha para que la autoridad meta la mano en las elecciones, que controle el padrón electoral, que los partidos aliados sobrevivan con poco y nos sigan costando a los mexicanos; que los candidatos sigan recibiendo recursos sospechosos, pero sin investigación de por medio; que se suspenda el servicio civil de carrera electoral, y que se improvise a la hora de contar votos. Pero ellos insisten en que será un mejor INE, así igualito, como dicen del nuevo aeropuerto.

No sé ustedes pero esta película ya la vi: el totalitarismo de antes en una nueva noche; viejo conocido de la sociedad mexicana y que huele al nuevo priismo que, ya vivimos 70 años.